El sentido de pertenencia
que se forma entre las personas, que habitan determinada fracción de tierra ha
definido el desarrollo y evolución de la humanidad. Esta característica, se
remonta hasta los orígenes de la civilización, cuando los humanos dejaron de
ser nómadas y adoptaron la agricultura como forma de vida.
En Venezuela, esto se
evidencia en primer lugar por los esquemas territoriales que tenían los
indígenas. Con la colonización por parte de Europa, el concepto territorial
pasa a una estructura feudal, que se mantiene hasta principios del siglo XX,
cuando el “boom petrolero”, cambia radicalmente el panorama social y político
del país.
El cambio se nota
principalmente en Caracas y en las zonas petroleras. Particularmente en la
capital, se evidencia como grandes haciendas van desapareciendo para darle paso
a construcciones residenciales.
Ese es el caso de una zona
como Caricuao, lugar de antiguas haciendas y hoy amplia parroquia divida por
barrios, unidades de desarrollo (UD) y unidades vecinales (UV). Actualmente sus
habitantes piden la constitución de la parroquia como municipio. Su historia se remonta a un pasado indígena
(origen de su nombre), pasando por la época del café y las cañas azúcar, hasta
llegar a la edificación de grandes bloques de concretos, resultado de la
urbanización y el auge del petróleo.
Reconstrucción
del pasado
Según los registros del
historiador Federico Villalba en su publicación, Libro de Caricuao. El nombre de la parroquia proviene de una
expresión indígena de la tribu los Toromaimas,
pertenecientes a la familia lingüística Caribe.
Su significado o traducción, según las investigaciones de Villalba es: “Quebrada del caribe”.
Los primeros registros
verificables sobre Caricuao se remontan al siglo XVI. Cuando el conquistador,
Francisco Fajardo, explora el territorio en su búsqueda por llegar nuevamente a
la costa. Este es el primer contacto entre europeos e indígenas de la tribu Toromaimas.
Pero es otro conquistador, Diego
de Losada, quien bautiza el lugar con el nombre de “El valle de Juan Jorge”, en
alusión a uno de los acompañantes del conquistador, quien le ofrece el valle
como pago por sus servicios, durante la exploración y descubrimiento de nuevos territorios.
Sin embargo, durante ese tiempo también se le llamó “Los pueblos del cacique Caricuao” o “El valle de los Toromaimas”.
La dinámica de
exploración dentro de Venezuela le da paso a la estructura de producción
agrícola, se forman haciendas donde se cultivan los alimentos exóticos para la
metrópoli de Madrid. El país pasa a un esquema feudal. En Caricuao, se
constituyen haciendas para la producción del cacao, el café y la caña de
azúcar. Ya para el siglo XIX, los vestigios del pasado indígena, sólo quedan en
la memoria de muy pocas personas, descendientes de aquellas tribus indígenas,
que otrora habitaban y controlaban la zona.
A
las puertas de un cambio
Con la llegada de Guzmán
Blanco al poder en Venezuela en el siglo XIX, empiezan una serie de cambios
vertiginosos, uno de ellos es la llegada del ferrocarril. En Antímano y Macarao,
se construyen estaciones de paradas para
el ferrocarril que conecta a Caracas con en interior del país. Este hecho,
empieza a concentrar personas en las zonas adyacentes a las estaciones del ferrocarril
y se activa el comercio.
Caricuao, que se ubica
geográficamente entre las zonas de Antímano y Macarao, empieza a experimentar
el primer cambio demográfico desde hace 300 años, debido a la llegada del
transporte a vapor. Los Extranjeros son atraídos a las fértiles tierras por su
ubicación estratégicamente cercana al ferrocarril, que brinda mayor facilidad
para transportar los cultivos.
Pero la dinámica económica se
mantiene aún bajo el esquema de producción agrícola. Durante las primeras tres
décadas del siglo XX, Caricuao aún es un
lugar de haciendas, sembradíos, el sitio de veraneo de familias acaudalas de
Caracas como los Palacios, los Ibarra, los Matos y de extranjeros.
Boom
demográfico
Con el auge del petróleo y la
muerte de Juan Vicente Gómez, empieza la transformación del país. Esa Venezuela
rural de los campos de cacao y café, empieza a desaparecer rápidamente, la
demanda de los productos agrícolas disminuyen a nivel internacional. Esto hace
que muchas haciendas, ya no se pueden mantener. Las oportunidades de empleo,
ahora están en las compañías petroleras del estado Zulia y en la capital del
país, Caracas.
La situación de aquellas
personas que por generaciones habían habitado en determinada hacienda o feudo
era crítica. Los jefes de las haciendas,
no podían mantener el modo de vida que se remontaba desde la época de la
colonia, eso significaba que no podían mantener a los empleados y sirvientes en
sus tierras.
Ante la falta de
capacidad del Estado para resolver ese problema, las personas sin trabajo y sin
techo, empiezan a invadir los terrenos adyacentes a las grandes ciudades con la
firme esperanza de que aquella situación de invasión, fuera solo un paso de
transición, mientras lograban ocupar un lugar estable en las ciudades y obtener
un empleo. Sin embargo, la falta de planificación hace de la migración interna
un problema económico y sanitario de alto impacto.
Caricuao no escapa de este
contexto y encarna la transición de la Venezuela rural a la Venezuela urbana.
Las tres haciendas del lugar: la
Hacienda Santa Cruz (hoy Parque Zoológico, UD5, UD4, UD6); la Hacienda La Elvira (hoy UD1, UD2, UD7, UV9, barrios La Fe,
barrio Andrés Eloy Blanco y las Casitas en Terrazas); y la
Hacienda Tejerías (hoy UD3 y CC2), pertenecientes a las familias Ibarra, Palacios y Matos son vendidas
al Estado a partir de 1946 a través del Banco Obrero.
Esto ocurre por dos razones
fundamentales, la primera es que ya era insostenible poseer terrenos tan amplios,
que no generaban los ingresos suficientes para mantenerlos. Por otro lado, ya para la década del 40 se
empieza a planificar la urbanización de Caricuao, enmarcado en el proyecto
estatal “Gran Urbanización de Venezuela”,
que busca darle respuesta a la migración hacia las ciudades que no tienen
la capacidad infraestructural, para soportar el acelerado aumento demográfico.
Sin embargo, luego de la
venta de amplio terrenos, empiezan las invasiones por parte de aquellas
personas, que antiguamente trabajaban en las haciendas. Las primeras invasiones
se ubican en las laderas de las montañas que están cerca del río Guaire.
Freddys Hurtado,
cronista de Caricuao, señala: “Las
primeras invasiones se dedicaron principalmente a la agricultura, quizás queriendo
reproducir el pasado nostálgico de las haciendas o simplemente como un medio de
supervivencia, mientras conseguían algo mejor”.
El problema de fondo, no
eran las invasiones, sino las condiciones en las que habitaban las personas en
esos lugares. Había problemas muy graves de sanidad y de pobreza extrema, que los
gobiernos no podían manejar con la celeridad correspondiente, al tiempo que la
población seguía en aumento.
La urbanización de Caricuao,
se plantea como una de las soluciones para dar respuesta al “boom demográfico”,
que trajo consigo “el boom petrolero”. Pero ya era una respuesta tardía. Según un informe del Banco Central de
Venezuela, la población en Caracas crece 85% entre 1941 y 1956. Es en esas
fechas, donde empiezan a consolidarse los primeros barrios de la capital,
el éxodo del campo a la ciudad empieza a notarse con más fuerza.
Retardada
Urbanización
Así como la caída de Juan
Vicente Gómez significó un cambio dentro de la estructura del país, la caída de
Marcos Pérez Jiménez y la instauración de la democracia, significó el inicio de
la urbanización de Caricuao en 1958. Sin embargo, también trajo consigo el
aumento vertiginoso de los barrios dentro de la zona.
El éxodo del campo a la
ciudad o en este caso, la transformación de campo a ciudad continuaron. Caricuao
rápidamente se volvía el hogar de personas provenientes de los Valles del Tuy
buscando empleo; se establecieron casas provisionales en terrazas para dignificados
de Sarria y Petare. Venezolanos oriundos de Yaracuy, Guayana, Los Andes y el
Oriente del país, empezaban a conformar comunidades en las laderas y colinas,
cercanas a las quebradas de la época. A pesar de las diferencias regionales y
las carencias en una cotidianidad adversa, esos “nuevos colonizadores”, los
unía el mismo objetivo: ser parte de la ciudad y de sus beneficios.
La
instauración del gobierno de Rómulo Betancourt (1959-1964), trajo consigo la
primera edificación de Caricuao. En 1962, se construye el primer edificio, llamado “bloque experimental”,
este nombre es debido a que se pretendían probar la resistencia de los suelos,
ante las construcciones pesadas. Ese primer bloque, brinda un total de 80
apartamentos con una población inicial de 500 habitantes. Al finalizar la
gestión del primer gobierno democrático, ya se ha constituido la primera
urbanización en pleno de Caricuao, la Unidad Vecinal N°9 (UV9) con 1046
viviendas.
Durante los siguientes dos
periodos de gobierno en Venezuela, la urbanización de Caricuao continuó. En la
administración de Raúl Leoni (1964-1969), se construyeron las Unidades de
Desarrollo N° 2; 7 y 8 (UD2; UD 8 y UD 7). Bajo la gestión de Rafael Caldera
(1969-1974), se edificaron las Unidades de Desarrollo N°3; 4; 5; y 6 (UD3; UD4;
UD5 y UD6). El número total de viviendas al finalizar el proyecto de
urbanización fue de 26.156 viviendas.
Para
el 8 de abril de 1975, se decreta la conformación de Caricuao como parroquia
del área metropolitana. Hasta ese momento la zona se repartía entre las
parroquias Antímano, La Vega y Macarao. Se le asignan una superficie
24.8 km² con cuatros parques: Parque Ruiz Pineda; Parque Vicente Emilio Sojo;
Zoológico de Caricuao y Parque Universal de La Paz.
Conformación
de los barrios
Sin embargo, durante los 15
años de construcción y urbanización de aquellas antiguas haciendas, surgieron
problemas estructurales, no contemplados en los proyectos. Los obreros que trabajan
en las construcciones, no tenían los medios necesarios para transportarse
diariamente a los distintos sectores de construcción en Caricuao.
La falta de transporte,
paulatinamente hizo que la mano de obra buscara formas de permanecer en las
cercanías de las zonas de trabajo junto con sus familias. Es en medio de este
panorama, que empiezan a constituirse barrios en las cercanías de las
construcciones por parte de los trabajadores. Para el historiador Federico Villalba:
“El obrero se vio obligado a construir
barrios, porque paródicamente mientras construía bloques de concreto, no tenía
donde pasar la noche con su familia”.
Entre la mano de obra
calificada para las edificaciones, existía una fuerte presencia colombiana y ecuatoriana. Esto hizo
que estos primeros asentamientos, que luego se convertirían en barrios,
tuviesen un carácter binacional.
Al investigar dentro
de los informes del Banco de Obrero, se observa que la fundación de los barrios
se remonta a las década de 1940. Pero es luego de la finalización de
urbanización de Caricuao para mediados de 1974, que se nota un crecimiento
exponencial de las comunidades.
Más allá de las
particularidades de cada barrio, se evidencia un cambio dentro de la sociedad
venezolana. Aquellos asentamientos de disposición transitorias, se consolidan
en ámbitos urbanos, que buscan un espacio en una ciudad como Caracas, que está
en pleno crecimiento.
Entre
los barrios más conocidos por los habitantes de Caricuao, se encuentran: El
Onoto; La Montañita; Renny Otolina; La Charanga; El Ciprés; San Pablito;
Guaicaipuro; Pedro Camejo; Los Telares; Juan XXIII; La Candela; y Ecuador.
Antecedentes
de una aspiración
Ya en 1985, solo 10 años
luego de la conformación de Caricuao como parroquia, ese sentido de pertenecía
hacia un lugar, que puede en última instancias definir el destino de sus
habitantes y su impacto en la historia, se hace presente. Ese año se realiza un
Cabildo Abierto en el liceo Francisco Fajardo, ubicado en la UD7. Según retrata
la prensa de periódicos como El Nacional
y Últimas Noticias, aquella jornada
contó con la presencia de organizaciones vecinales, comunidades educativas,
grupos deportivos y culturales y grupos ecológicos.
En la convocatoria, se
plantean problemáticas a nivel de transporte y urbanismo como la celeridad de
los trabajos del Metro de Caracas y la construcción de calles en los barrios.
También, se exige un mayor número de centros de salud y ambulatorios, así como
mayor inversión para la protección de los parques de la parroquia.
Sin embargo, el
planteamiento más emblemático es la aprobación de una recomendación para que el
Consejo Municipal presente una consideración ante la Comisión de Reforma del
Estado, sobre la creación de un nuevo concepto que incluye al sector conformado
por Caricuao, Macarao y La Vega. Se
evidencia la primera aspiración de los habitantes de la parroquia, por ser un
ente separado del Municipio Libertador.
Ocho años más tarde en 1993,
bajo la gestión Aristóbulo Istúriz como alcalde de Caracas. Se incentivó un
proceso de descentralización a través de los organismos parroquiales. Se perfilaba,
un mayor grado de autonomía para la toma de decisiones. Para 1995, se presenta un proyecto de ordenanza sobre la creación de un
gobierno parroquial, para decidir sobre la cantidad de recursos necesarios en
Caricuao.
La creación de un municipio
Existe una relación a nivel
cognitivo o conceptual, que se forma entre los seres humanos y la tierra que
habitan. Eso da pie a buscar canales, que afiancen esa relación. En el caso de
Caricuao, va ligado al tema de la autonomía.
Luego de recorrer su
historia; el pasado de haciendas y cultivos; la urbanización de sus tierras con
la meta de brindar una estancia con condiciones más dignas a la población, que
venía de diferentes geografías nacionales. Se
tiene actualmente, una parroquia con 140 mil personas. Ha sido tierra, que ha
visto crecer a jugadores profesionales del baloncesto y el béisbol, que ha
evidenciado la movilidad social y el progreso del país.
Ya en pleno año 2015, año
que coincide con el 40 aniversario de la creación de la parroquia. Las
aspiraciones de autonomía siguen. En
pasadas contiendas electorales a nivel municipal, una oferta recurrente ha sido
la municipalización de Caracas, es decir dividir al municipio Libertador en
cuatros o cinco municipios. Ya que un solo ente no puede administrar, las
diferentes realidades que existen en la capital.
Sobre este marco, las
incitativas de los habitantes de Caricuao, sobre la creación de un municipio
han ganado más terreno. Declaraciones de políticos como Ismael García y Antonio
Ecarrí, demuestran que existe cierta voluntad política para concretar dicha
iniciativa.
Sin embargo al corto plazo,
la iniciativa no está en la agenda de las clases políticas. Pero eso no ha
parado el trabajo de la sociedad en organizarse para seguir impulsando los
objetivos de autonomía.
La creación de fundaciones
dedicadas a la protección de la parroquia, es una evidencia que ese sentido de
pertenencia y compromiso por Caricuao, sigue muy vivo en sus habitantes.
Al final, la historia de
Caricuao, representa un pequeño ejemplo de la historia que ha vivido Venezuela.
Como unas haciendas de dos o tres familias, se convirtieron en el hogar de
personas de diferentes orígenes nacionales e internacionales, todo esto gracias
al “boom petrolero”.
Luego de dos generaciones,
muchos habitantes, ya tienen una historia familiar hecha en la parroquia. Esos
mismo caricuarences, intentan crear una identidad con representación política.
Desde una perspectiva histórica, esa es la historia de la humanidad, grupos de
personas que se enlazan con cierta región geográfica a tal punto que puede
hacer sacar lo mejor de las sociedades, si se canalizan de manera adecuada o
concluir en muerte, guerras y pobreza.
Gracias por este reportaje, cuanta gente buena, cuantos recuerdos inolvidables, cuanta familia. Te extraño mi Caricuao...
ResponderEliminarInteesante!!!!!!!!!!!!!! Vici en Caricuao 30 años.
ResponderEliminarVivi quise decir
ResponderEliminarExcelente crónica. Yo soy evidencia de lo aquí escrito, hijo de andino y varguense, que hallaron en la otrora urbanización de Caricuao la solución habitacional que ofrecía el Estado a principio de los 60 para la clase trabajadora y luchadora, esa misma que, en ocasiones tuvo que venirse a pie desde el Silencio o la Yaguara. Esa que vio florecer a la Caricuao cerrada en neblina, de cocinas de kerosene, de cantos de gallos, olor a cafecito mañanero, del reparto a domicilio sin ser Country Club y de paso fiado... la Caricuao sin metro, sin boulevard, sin gatillos alegres, sin motorizados por las caminerías, de vecinos que se socorrían mutuamente, con la frescura y esperanza de las nacientes familias venezolanas... Caricuao mi patria chica!
ResponderEliminarEsta muy bien el reportaje. Perooooo, tengo entendido que el Barrio el Onoto fue creado en 1972 bajo la presidencia Rafael Caldera, con casas unifamiliares y multifamiliares, y lleva por nombre Urb. Rafael García Carballo. Fue fundada con 764 casas, veredas y escaleras planificadas para la época adicionalmente con dos bloques pequeños, después de un tiempo a sus alrededores hubo invasiones y a lo largo de los años, se fue convirtiendo en un barrio.
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