miércoles, 13 de marzo de 2013

Reflexiones sobre los funerales de Estado

Los funerales de Estado son aquellos eventos, que pueden ser un formalismo protocolar en honor a la memoria de un mandatario, pero también pueden convertirse en actos de reverencia, impulsando el culto a la personalidad, incluso puede rayar en lo absurdo.
En Venezuela se lleva a cabo un funeral de Estado, inédito en proporciones y honores. Estos eventos tienen sus antecedentes en el país como el funeral del caudillo Juan Vicente Goméz. Indudablemente, el difunto presidente Hugo Chávez merece todos los honores que se le pueden dar a un Jefe de Estado: duelo nacional; recordar su gestión; honrar sus pensamientos; mantener su legado. Pero, lo que es realmente cuestionable es el aspecto simbólico, que se le ha atribuido en los últimos días, la mezcla de un ambiente de duelo nacional y un ambiente electoral es perjudicial para la población tanto en lo físico como en lo emocional.
Los regímenes comunistas en el siglo XX demostraron un constante bombardeo comunicacional por medio de aspectos simbólicos, que exaltaban el culto a la personalidad y legitimaban el poder en momentos de crisis o dudas. A pesar de las distancias geográficas y temporales que separaban estos sistemas políticos totalitarios, todos  ­­̶ quizás por ser de ideología comunistas ̶  copiaron el mismo libreto, cuando sus líderes omnipotentes sucumbieron ante la muerte, crearon un aparato de propaganda basado en la imagen del difunto y con argumentos que legitimaban el poder de los que habían heredado ese aparato de control.
Hay tres elementos, que se pueden comparar con el caso venezolano. El primero de ellos es el poco acceso a la información respecto a la muerte del Presidente. El gobierno de la República Popular China mantuvo un silencio hermético respecto a la salud de su líder Mao Tse Tung, debido a las disputas internas dentro del partido de gobierno, algo interesante sobre este hecho es que el mandatario chino había proclamado un sucesor, pero esto sólo creo más fisuras dentro de las fracciones internas, dilatando la noticia.
El segundo elemento es la ingente cantidad de personas que asistieron a los actos fúnebres en honor a la memoria del Primer Mandatario Nacional. Es incuestionable el liderazgo que tenía el Presidente, pero también es de alto conocimiento, el carácter de obligatoriedad que los empleados públicos recibían para asistir a los actos del líder bolivariano. Cuando en Corea del Norte muere Kim Il Sung , los norcoreanos en su totalidad y bajo amenaza tenían que asistir a los actos de Estado en honor a la memoria de su difunto presidente. Además eran obligados a llorar para que demostraran a la prensa internacional su profundo dolor por la pérdida de uno de los dictadores más radicales y nefastos del siglo XX
El último elemento es el más curioso de todos, algo que se podría decir, debido a los antecedentes, como una tradición comunista, eso es el embalsamiento. Una técnica ancestral derivada de los egipcios y de ciertas culturas precolombinas de las américas, pero que el siglo pasado impuso moda entre los regímenes  comunistas, la Unión Soviética al embalsamar a  Vladímir Ilich Uliánov, “Lenin” y posteriormente a  Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, “Stalin”; la República Popular china al embalsamar a Mao Tse Tung y la República Popular Democrática de Corea al embalsamar a Kim Il Sung.
Todos estos Estados totalitarios hicieron eso con un sólo fin, enlazar emocionalmente a la población con una persona para mantener el poder, el control y los abusos ¿Qué destino le espera a Venezuela, si se sigue ese libreto? La historia nos enseña los errores que han perjudicado a las sociedades en el mundo. El país puede quedar como otro  Estado negro en la historia o como un país que obtuvo unidad nacional. Las incógnitas están en todas partes y solo pensando, actuando y debatiendo, lograremos el cambio que todos los venezolanos queremos, paz.

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